A la hora de elegir un buen sistema para combatir el frío en
el hogar existen una serie de cuestiones que deben tomarse en cuenta y que le
ayudarán a tomar una decisión acertada.
1. La zona climática:
Si su vivienda se encuentra en una zona fría, necesitará un
sistema que mantenga el calor de forma constante. Además, si se trata de un
área de frecuentes nevadas, tendrá que prever las interrupciones de suministro
de combustible debido a la inaccesibilidad de los camiones de reparto.
Si está ubicada en una zona cálida, será suficiente con un
sistema que permita lograr la temperatura ideal de forma puntual; también es
más económico.
2. Las necesidades de la vivienda y de quienes la habitan:
-Las dimensiones de la vivienda, su orientación, uso y la
necesidad de calentarla total o parcialmente
-El espacio disponible para la ubicación del sistema
-La existencia o no de un sistema anterior
-La necesidad o no de disponer de suministro de agua caliente
-El uso que se haga de la instalación (las horas que
permanezca en casa)
3. La posibilidad de la fuente de energía.
Para consumir una fuente de energía de suministro continuo,
es necesario que la vivienda esté situada en una zona donde haya red de
distribución, y que disponga de acometida (llave de edificio). La instalación
deberá ser ejecutada por una empresa instaladora autorizada por la Consejería
de Industria.
Cuando se trata de sistemas que precisan el suministro de
combustible a granel (bombonas de butano, gasóleo...) deberá conocer el
servicio de reparto, la frecuencia de la distribución y la accesibilidad de los
vehículos de transporte a la vivienda.
4. Instalación:
deberá estudiar las posibilidades técnicas de efectuar la
obra que conlleva la instalación; la envergadura de la misma y, por último,
sopesar el desembolso económico que supondrá. Analice el coste de la inversión
inicial en instalaciones necesarias y su rentabilidad por el uso posterior.
5.Tarifas:
si opta por un combustible canalizado, podrá elegir la
tarifa que mejor se adapte a sus hábitos de consumo tanto en gas natural como
en electricidad. Por ejemplo, la calefacción eléctrica permite contratar la
tarifa nocturna, cuyos ahorros pueden ser superiores al 50%. Esta tarifa es
aconsejable cuando se opta por los acumuladores, hilo o placas radiantes.
6. Mantenimiento:
el mantenimiento posterior que va a necesitar el sistema de
calefacción que elija es otro punto importante a considerar ya que será un
gasto para toda su vida útil. Todas las instalaciones de calefacción, a
excepción de la eléctrica, requieren de inspecciones periódicas que deben ser
realizadas por empresas instaladoras autorizadas.
7. Criterios ecológicos y de seguridad:
la utilización de elementos combustibles que suponen una
amenaza para el medio ambiente, la producción de gases y olores y el consumo de
recursos, son factores para medir la ¿limpieza¿ de los distintos sistemas.
La necesidad de almacenar combustible, con la consiguiente
posibilidad de explosiones, fugas o fuegos debe tenerse en cuenta antes de
decidirse por uno u otro sistema.
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